domingo, 18 de diciembre de 2016

CAPTURAS INESPERADAS



Un 30 de diciembre, una playa del occidente Astur, luna en fase creciente casi llena reflejaba su silueta en pleno mar, 2 metros de mar de fondo y un frio de aupa…
Todo se encontraba en contra de capturar esta especie… que gusta de aguas más tranquilas y cálidas.
Una noche en principio aburrida, sin picada alguna… hasta que intuyo que algo merodea de forma sigilosa la exquisita navaja que tenía preparada de menú.
Caña en mano, me decido a arrearle un buen tirón… y vaya… si que traía algo, pero… que raro… esto cabecea demasiado, ¿será una lubina prendida por el labio y viene sin mancar? O quizás viene robada y por eso estaba dando tanta guerra… Se me pasaron por la cabeza multitud de posibilidades.
Una vez cansada la pieza, no me lo puedo creer, ¿una dorada el último día del año?
En principio pensé que se trataba de una alucinación. Será un sargo con complejo doradil que había salido de foryú todo maquillado dispuesto a darlo todo esa noche!
Fuera bromas… me pareció una captura insólita y para nada esperada.
De la pelona que estaba cayendo regresamos al coche con los labios rotos del frio, pero aún asi, con un muy buen sabor de boca.


Vamos con otra historieta… Aún más antigua que esta.
Me estaba recuperando de 2 fracturas de muñeca debido a una mala caída, todavía estaba en rehabilitación y con dolores, pero las ganas de pescar pudieron conmigo.
Esta vez fuimos Josito, Borja y yo a una playa de bolos, piedras por doquier y una gran colada de plomos perdida…
De cebo llevamos sardina… más bien parrocha.
A cada lance venían prendidas del anzuelo pequeñas barbadas que eran poco más del tamaño del cebo. Estábamos los 3 cansados de tanto alevín estropeándonos el cebo… pero… de repente mi caña se puso en escuadra soltando hilo.
Una picada un tanto rara… no parecía que se tratase de un pez, sino más bien una oclada de 4 kilos arrastrándome el aparejo mar adentro.
Después de un buen rato, mi muñeca resentida, dolorida y ya casi abierta, puse en seco ésta patarroxa que justo llegar a la rexa se desprendió del anzuelo dejando al descubierto una de las pequeñas barbadas que no paraban de engullir la sardina.

 


Parece ser que esta tragó bien, me imagino que la muerte del anzuelo estaría visible y sin quererlo estaba pescando al vivo. 
Toda una sorpresa cuando los 3 vimos lo sucedido, la verdad que nos reimos un buen rato.

Sin extenderme más, os deseo una feliz navidad y buena pesca para todos.

Pablo





2 comentarios:

  1. Muy guapa la dorada, con el frio que hace sois unos campeones pasar una noche, pero la pesca tiene eso.
    En cuanto a la pataroxa, un consejo de pescador, según comentas estabas pescando al vivo, poca gente pesca con barbada viva, y posiblemente para pescar de noche es uno de los mejores cebos que hay una barbada pequeña es la bomba para pescar de noche. Ya veras los resultados.
    Un saludo.

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    1. Gracias Ivan, la verdad que sin quererlo, resultado dió. Lo tendré en cuenta para proximas salidas. Gracias por el consejo y por estrenar los comentarios del blog ;)
      Un saludo y buena pesca!

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